jueves, 3 de diciembre de 2009

A manera de conclusión, luego de todo lo que hemos hablado en este blog sobre este tema de gran importancia, podemos decir que la película es una gran excusa para retomar este problema que se tiene tan ignorado por parte de la sociedad y de los medios de comunicación.

Vemos por una parte que el tráfico humano produce y genera ganancias de billones de dólares, y todo esto a costa de las víctimas sometidas a maltratos y a denigrantes condiciones mientras las prostituyen y las venden por altas cifras de dinero. Pues la droga, por ejemplo, es un vicio que se vende a alto precio, pero solo una vez; en cambio, las personas pueden ser prostituidas día tras día, una y otra vez, generando así mucho dinero y haciendo de este negocio de los más rentables en el mundo.

Por otro lado, debemos preguntarnos en qué mundo estamos viviendo, hasta qué punto ha llegado la sociedad con toda su pérdida de valores, de principios y de todas las bases para el respeto y la posible convivencia en este planeta que muchas veces no parece de humanos racionales ni de seres pensantes. Cómo cree usted que sea posible que los traficantes tengan también su familia, sus hijos, y aún así estén en este negocio, donde no se conoce la conciencia, el remordimiento, el amor al prójimo o por lo menos el respeto hacia este. Y peor aún, cómo es posible que sean los mismos padres y cabezas de familia los que lleguen y gasten su dinero para acostarse con jóvenes que podrían ser sus hijas, mientras saben que estas no están aquí por gusto, sino que están siendo obligadas, y se pasa por alto su voluntad y su derecho a la libertad.
Debemos pensar por un momento, como se dijo anteriormente, que este negocio no sería posible si no tuviera demanda, como la tiene, y si todos aquellos que algún día lo han hecho, pensaran por un momento en que esto no debe seguir apoyándose, y que la vida de aquellas personas que a diario caen en estas redes debe ser respetada.

Mujeres, jóvenes, niñas, debemos hacer valernos como personas, como mujeres, como individuos en la sociedad, no debemos permitir que esto nos pase, y sí, es cierto, uno no cae por voluntad propia, sencillamente se ve envuelto en una serie de acontecimientos que terminan desencadenándose en un cuarto oscuro, y listas para ser vendidas y prostituidas. Pero lo que si podemos hacer es dejar de ser tan ingenuas, porque muchas veces la ingenuidad es la raíz de estos problemas. Si vamos a una agencia de modelaje, por ejemplo, asegurémonos de que todo esté en orden, y lo más importante, contemos con que nuestros padres, familiares o por lo menos amigos estén enterados de lo que estamos haciendo.

No se trata de vivir prevenidas la vida, no se trata de no conocer personas, no se trata de no hacer realidad nuestros sueños, pues no hay peor sabor de no haber cumplido lo que siempre anhelamos, sencillamente se trata de estar seguras del paso que vamos a dar a la hora de hacer lo que haremos. De pronto habrá cosas que no se puedan evitar, pero por lo menos si nos mantenemos más informadas de lo que estamos acerca de este problema, podríamos evitar que algo de esto nos pudiera suceder a nosotros, a nuestros seres queridos o personas cercanas. Vamos mujeres, que no se ahoguen nuestras voces, exijamos que nos respeten, pues no es justo que nos vean como un juguete sexual, como una diversión, como un pasatiempo, como una fuente de dinero; somos tan valiosas e iguales como los hombres, y no podemos permitir que esto suceda, como ya dije, no es fácil no caer en esto, pues muchas veces no es por ingenuidad, pero si en algún momento llegáramos a caer en este defecto, pensemos por un momento en estas palabras ,que tal vez no sean leídas, y si lo son, tal vez sean olvidadas, y al dar un paso, démoslo en tierra firme donde sabemos que no nos hundiremos ni caeremos.
Pensemos en aquellas personas que en estos momentos están siendo prostituidas, vendidas y maltratadas, ¿No se les arruga el corazón? Pues a mí sí, y por eso mismo estoy escribiendo esto, para que esas personas no sean olvidadas, para que generemos conciencia en las posibles víctimas que podemos no llegar a serlo, y en aquellos que hacen de este negocio algo rentable; ¿Y por qué no digo generar conciencia en los traficantes? Por el simple hecho de que es muy difícil que unas palabras así tumben billones de dólares. Tal vez muchos lean esto y se rían, pero yo me sentiré un poco más tranquila, porque no me quede callada y dentro de lo posible hago lo que puedo para que esto no siga sucediendo.

Este es un tema tan significativo como los temas que se ven a diario en las noticias, periódicos y en general en todos los medios de comunicación. No podemos dejar de lado su gran importancia, pues cada una de nosotras podríamos estar en riesgo de caer en las manos de este negocio y de que nuestros derechos como seres humanos y como personas íntegras de esta sociedad se vean violados por unos pocos; pues en este mundo se nos olvida todo el tiempo que la libertad del uno termina cuando comienza la libertad del otro.

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